¿Qué son los taninos?
¿Alguna vez has tomado una copa de vino tinto y has sentido que te “seca” el paladar?
Esa sensación se debe a los taninos, compuestos naturales que juegan un papel clave en la estructura y textura del vino.
Aquí te explicamos qué son, de dónde vienen y cómo influyen en tu copa ;)
Los taninos son compuestos naturales que provienen de diferentes partes de la vid y del proceso de elaboración del vino.
Se encuentran en:
La piel, las semillas y los raspones de la uva
La barrica de roble
La piel, las semillas y los raspones de la uva:
Los taninos se extraen principalmente durante la maceración, cuando el jugo está en contacto con estas partes sólidas (pieles/cáscara). Por eso, los vinos tintos, que tienen una maceración más prolongada, son más tánicos que los blancos.
Cuanto más prolongado sea este contacto, mayor será la extracción de taninos, lo que da como resultado vinos con mayor cuerpo y estructura.
Maceración del mosto con las pieles de uva tinta.
¿Por qué Algunas Uvas Tienen Más Taninos?
Algunas variedades de uvas tienen naturalmente más taninos que otras, y esto está relacionado con que tan gruesa es la cáscara de la uva.
Uvas con mayor cantidad de taninos
Tannat: Del sur de Francia. Produce vinos oscuros, robustos, con notas de frutas negras y especias. Se cultiva principalmente en Uruguay.
Cabernet Sauvignon: La variedad tinta más famosa del mundo. Tiene un perfil de sabores intensos. Su estructura tánica permite un buen envejecimiento.
Nebbiolo: De Piamonte, Italia. Produce vinos elegantes, con alta acidez y taninos, con aromas de rosas, frutas rojas, tierra y especias.
Cuando estas uvas se fermentan, los taninos se extraen de la cáscara, lo que da como resultado un vino más estructurado y astringente. Por otro lado, uvas con cáscaras más finas, como Pinot Noir o Gamay, tienden a producir vinos con menos taninos, con una textura más suave y menos astringente.
Así, la cantidad de taninos en un vino no solo depende del proceso de vinificación, sino también de la variedad de uva utilizada, lo que puede influir en el perfil de sabor y la suavidad del vino.
Taninos y la influencia del roble.
Cuando un vino envejece en barricas de roble, adquiere taninos adicionales de la madera, lo que influye en su estructura, textura y evolución con el tiempo. La interacción entre los taninos de la uva y los del roble es clave en el perfil final del vino.
Microoxigenación: Permite pequeñas cantidades de oxígeno, lo cual ayuda a suavizar la textura y obtener mayor suavidad.
Efecto del tostado: El nivel de tostado de la barrica de roble también influye en la cantidad de taninos que el vino recibe.
Un tueste ligero aporta más taninos, haciendo que el vino tenga más cuerpo.
Un tueste más oscuro suaviza los taninos y da sabores más suaves y complejos, como toques ahumados o especiados.
Taninos y la Formación de Sedimento
A medida que el vino envejece, los taninos reaccionan entre sí y formar partículas más grandes. Este proceso, llamado polimerización, hace que los taninos se agrupen y, con el tiempo, se precipiten, es decir, se separen del líquido y formen un sedimento en la botella.
Este sedimento es completamente natural y no afecta negativamente al sabor del vino, aunque puede cambiar la textura y la apariencia. Es por esto que, en algunos con muchos años en botella deben decantarse para disfrutarse mejor.
Sedimento natural en un vino añejo, formado por los taninos que se agrupan con el tiempo y se separan del líquido.
¡Listo!
Ahora que conoces más sobre los taninos, podrás tomar decisiones más informadas a la hora de elegir tu vino.
Ya sea que prefieras un vino más suave y afrutado o uno con mayor estructura y cuerpo, entender cómo los taninos influyen en el sabor y la textura del vino te ayudará a encontrar la opción perfecta para ti.
¡A disfrutar de tu próxima copa!